Junio 2009
En esta exposición Beatriz Delgado recoge una muestra de lo más representativo de su obra desde 1994 hasta 2009.
Aunque resulte ambiguo, su pintura se podría definir como Realismo-Subjetivo. Lo cierto es que captando la naturaleza por impresión subjetiva, así como el Impresionismo analiza el color a través del sol, la luz y la atmósfera, representó el paisaje a través de reflejos en el agua, en la arena, en la orilla…
Exagera los reflejos para conseguir una reproducción ilusoria de la realidad. Cree que estos son el hilo conductor en los distintos temas que representa: el mar, la montaña, los bodegones, las fantasías arábigo-andaluzas…
¿Por qué los reflejos? Para ella son esenciales: por un lado, técnicamente le ayudan a tener un tema inagotable y donde siempre encuentra una manera diferente de representarlos, enriqueciendo así la técnica. Por otro lado, el reflejo, por su atractivo, le invita a escudriñar más en lo que está viendo, tomando conciencia de la realidad a través de él, ya que como el espejo, el agua es símbolo de lo inconsciente.