Junio 2011
Lo primero que percibo, es biología en el trabajo de la autora. Un arte biológico. La naturaleza mostrada, como el mundo interior y poco acostumbrado de la vida. En este caso, desde el enfoque botánico. Un recorrido por las partes menos frecuentes de la belleza.
Donelia Pérez, realiza una fotografía artística. Pero no me refiero a la fotografía como una nueva huella de la realidad, sino como una disciplina de pleno derecho, marcando un estatus como imagen. Y es ahí, donde Donelia, sí enseña un novedoso paseo por la estética escondida.
David Attenborough, un naturalista romántico contemporáneo, a través de sus documentales, nos muestra la maravillosa vecina que nos rodea, la propia naturaleza, y nuestra autora con su trabajo plástico, nos hace recordar los hermosos planteamientos de este naturalista: decubrimiento, conservación, admiración. Pienso que Donelia, hubiese disfrutado de la posibilidad de haber viajado en El Beagle, junto a Charles Darwin, y descubrir que sus creaciones tienen que ver con conceptos evolutivos.
Estructuras de mundos desconocidos, que están a nuestro lado, y que simplemente tenemos que pararnos a contemplar. Esta fotógrafa nos plantea la necesidad de reflexionar sobre lo que somos y qué podemos hacer.
SECA HERRERA