El absentismo en sí mismo sólo es definible por la no asistencia del menor a la escuela, pero considerado desde una perspectiva global, suele ser uno de los síntomas de otros desajustes e inadaptaciones sociales.
Previa derivación de un caso, desde Asuntos Sociales se pone en marcha el protocolo a través del cual se desarrollarán diversas acciones implicando tanto a los recursos municipales, como a los recursos educativos.
Todo ello, con la finalidad de potenciar la inmediata incorporación del menor al sistema educativo.