Ver los almendros florecidos es todo un espectáculo.
El camino de lava que dejó el volcán Chinyero con su erupción a comienzos del siglo XX se ha convertido en un hermoso y excepcional paraje del que se pudo disfrutar gracias al sendero organizado por el ayuntamiento de San Miguel de Abona, a través de la Concejalía de Deportes.