Vermicompostaje doméstico en el municipio

El Ayuntamiento de San Miguel de Abona pondrá en marcha un proyecto de vermicompostaje doméstico con el que se pretende impartir formación y repartir compostadores y vermicompostadores, de forma totalmente gratuita, entre las familias y comunidades y asociaciones de vecinos que así lo soliciten. Con ello, podrán gestionar los restos de comida generados en los hogares, que normalmente van a parar al vertedero, y convertirlos en compost o humus de lombriz; un tipo de abono natural para la tierra y los suelos, muy valorado por sus características fertilizantes, nutrientes y ambientales.

El Concejal de Servicio Públicos, Julián Martín indica que, “con esta nueva iniciativa se busca concienciar a la población de la importancia de gestionar los restos orgánicos para ponerlos en valor y obtener un fertilizante natural de calidad”.

A las personas participantes se les facilitará compostadores, cubos, aireadores, rastrillos, ladrillos de fibra de coco y lombrices rojas, así como formación, asesoramiento, asistencia técnica, seguimiento del proceso y análisis de muestras por parte de técnicos medioambientales y lompricultores.

Las plazas son limitadas y para inscribirse es necesario llamar al teléfono 922 700 000, ext. 1248 ó 1273.

Desde el consistorio sanmiguelero se anima a todos los vecinos y vecinas a participar en este proyecto, mejorando entre todos nuestro entorno y favoreciendo así un desarrollo más sostenible.

El vermicompost

Alrededor del 60% de los residuos que se generan en el hogar son restos de comida o vegetales  (procedentes de la poda y la huerta), una materia orgánica que mediante el compostaje doméstico puede ser reciclada por nosotros mismos sin salir de casa y con un mínimo esfuerzo y tiempo por nuestra parte, con numerosos beneficios ambientales, sociales y económicos.

El humus de lombriz es un producto obtenido a través de una técnica denominada “vermicompostaje”, la cual consiste en un proceso de bio-oxidación y estabilización de la materia orgánica mediante el empleo de lombrices de tierra y microorganismos.

Si el residuo no sale de la casa ya no será necesario recogerlo ni transportarlo hasta el punto de tratamiento, ahorrando emisiones de CO2 y el coste de gestión. Además, el  producto final que obtenemos es un fertilizante natural de excelente calidad con propiedades que mejoran el suelo y evitan la compra y uso de otros productos químicos.

En un compostador es posible echar restos de la cocina como frutas y verduras, carne y pescado, pan, legumbres y cereales, huevos y conchas de moluscos, frutos secos, posos de café e infusiones, paños y papel de cocina sin tinturas. También se pueden echar restos del jardín y la huerta como hojas, flores, raíces, hierba y paja, restos de poda triturados, ceniza y serraduras de madera sin aditivos.